Nuestro Museo Caltonac es la manifestación tangible del sueño y visión de Don Juventino Limón Limón. Fue su trabajo e investigación inagotable con profundo respeto hacia nuestros antepasados lo que lo condujo al descubrimiento, clasificación y protección de estas auténticas piezas arqueológicas recuperadas de la Cantona, Puebla, una de las ciudades grandes y antiguas más importantes del México ancestral. La cual sino fuera por Juventino, tal vez nunca habría sido restaurada y explorada

Contamos con 5,000 piezas, aunque no todas se muestran, cada una registrada ante el INAH y custodiada con sumo cuidado entre el Museo y nuestro Hotel. Desde puntas de flecha de obsidiana hasta máscaras, pectorales y utencilios rescatados de la restaurada ciudad mesoamericana. Cada artefacto cuenta una historia, destacándose "El Átomo" como nuestra pieza más misteriosa y emblemática.

Dentro de los muros centenarios de la Hacienda Tepetlcalli, se resguarda un rincón donde el surrealismo y la literatura se entrelazan de forma majestuosa. Nuestra sala de lectura dedicada al inigualable Salvador Dalí alberga 14 dibujos originales únicos inspirados en la emblemática obra “Don Quijote de la Mancha” de Miguel Ángel Cervantes y Saavedra, todos bañados con el característico y enigmático estilo de Dalí.

Pero más allá de los trazos y colores, es la fascinante historia de cómo estas obras llegaron a nuestro recinto, convirtiendo a Tepeyahualco en la siguiente sede en México que celebra el legado de este maestro surrealista. Cada pieza, meticulosamente dispuesta, crea un ambiente mágico que, sin lugar a dudas, te transportará a un viaje inolvidable.

Exhibición no disponible ya que las obras se encuentran temporalmente en la expo “200 años del Federalismo en México” en el Palacio de Justicia del Estado de Puebla y regresarán a nuestra hacienda hasta enero 2025.

Exhibiendo arte y esculturasde artistas como Fernando Botero, Sergio Bustamante, Leonora Carrington y Jorge Marin hasta píezas arquológicas de México y el mundo. La casona, que inició su construcción en 1870, fue un grandioso regalo de Pascual Limón y Cornelia Cruzado para su primogénito, marcando el inicio de una saga que entrelazó la vida de generaciones, la Revolución Mexicana y el incesante latido del arte y la cultura.

Esta pasión por el arte fue encendida en el corazón de Juventino, el más joven de la descendencia, quien, heredando la casona, regresó a su tierra natal y junto a su amada Sarita, sembró una familia numerosa, la cual construyó una colección que abarca desde las antiguas civilizaciones de nuestro país y el mundo, hasta reconocidos pintores y escultores del siglo pasado. Este museo, por lo tanto, no es sólo un espacio de exhibición, sino el corazón mismo de la Hacienda, donde cada pieza narra una historia que resuena familiar y celebra una armonía de culturas y épocas en el pueblo de Tepeyahualco.